El consumo irregular de alimentos facilita el aumento de peso y de los niveles de lípidos en sangre; en tanto una distribución regular y ordenada, como mínimo de 5 comidas, favorece el adelgazamiento y un mejor estado de salud en general.
Se ha demostrado que realizar una distribución más amplia, con un intervalo máximo de tres horas entre ingesta e ingesta, se asocia con:
– Menor consumo de calorías.
– Menor nivel de cholesterol total y LDL o colesterol “malo”.
– Mayor cantidad de energía utilizada para la digestión, absorción,
conversión y almacenamiento de los nutrientes consumidos a través de los alimentos; lo que se traduce en un mayor gasto calórico.
– Menores picks de insulina, lo que implica regulación del nivel de azúcar y de grasas que circulan en sangre, además de menor sensación de hambre.